Lorenzo Agustí, ‘arrancada de rossí i parada de matxo’
Muchos compañeros de partido de Lorenzo Agustí, alcalde popular de Paterna (Horta) le definen con un refrán de la tierra “arrancada de rossí i parada de matxo”. Debo de reconocer que es un tipo que me asombró gratamente en su día porque se salía del patrón del típico político al uso. Cuando supe del candidato popular a la alcaldía de esta gran ciudad tuve que leer dos veces los titulares: Agustí se atrevía a asistir a los mítines de la oposición y, una vez en el cargo, ofrecía a los perdedores áreas de responsabilidad en la gestión del municipio, incluso renunció a ser diputado autonómico para seguir trabajando por su pueblo. Me dejó, insisto, un grato sabor de boca. Eran los nuevos aires de renovación en el PP con los que, en su día, González Pons quiso encandilar para siempre a la sociedad valenciana.
Sin embargo ahora, cuando leo de su imputación por prevaricación y sus declaraciones en el juzgado; cuando la oposición le acusa de comportarse como un dictador; cuando los recortes afectan a las ambulancias, escoleta municipal, educación, sanidad, políticas sociales,… Ahora es cuando no sé bien ante quién estamos.
Me gustaba el Lorenzo Agustí que se saltaba el guión por su pueblo pero en este momento parece que todo está en su contra. Hasta su propio partido le quiere, como a su homónimo, el santo, quemado vuelta y vuelta, antes que de candidato.